martes, junio 27, 2006

AFTAS RECURRENTES



Intervenciones para estomatitis aftosa recurrente (úlceras bucales).



La estomatitis aftosa recurrente es una enfermedad oral común que se caracteriza por una ulceración recurrente de la mucosa oral en sujetos por otro lado saludables. También se le conoce como Ulceración Oral Aftosa Recurrente, úlceras de Sutton, úlcera dolorosa o simplemente úlceras aftosas.

Las aftas recurrentes son las formas más comunes de ulceraciones orales tanto en niños como en adultos. Estudios epidemiológicos indican que la prevalencia de estomatitis aftosa recurrente está entre 2 a 50% con un rango entre 5 y 25%. La edad pico de inicio está entre los 10 a 19 años. Las ulceraciones pueden extenderse a lo largo de toda la vida del sujeto, sin predilección por edad, género, raza o geografía.

Universalmente se reconocen tres formas clínicas:

1) Afta Menor: que son típicamente redondas, pequeñas (de menos de 10 mm de diámetro), de color pálido, con un borde rojo. Ellas usualmente se presentan en zonas de mucosa movible (no queratinizada), tienden a ser varias simultáneamente y cicatrizan espontáneamente dentro de 4 a 14 días y habitualmente no dejan cicatrices.

2) Afta mayor: similares a las anteriores pero de mayor tamaño (mayores de 1 cm de diámetro) y son generalmente más profundas. La cicatrización puede tomar 20 a 30 días y usualmente dejan cicatrices.

3) Ulcera herpetiforme: úlceras pequeñas (1 mm de diámetro), habitualmente múltiples de 1 a 100. Tienen tendencia a fusionarse cubriendo extensas áreas. La cicatrización toma generalmente 15 días y deja cicatriz. Se parecen al herpes oral recurrente pero el cultivo y la biopsia son negativos para herpes.
Los 3 tipos clínicos se asocian con grados diversos de dolor y malestar que depende del tamaño y profundidad de las úlceras.

La causa precisa de las úlceras es deconocida, no obstante se sospecha que el factor predisponente es una respuesta inmune local alterada. Los factores desencadenantes son el estrés, alteraciones endocrinas, alergias, trauma y alergia a algún tipo de alimento. En los pacientes con recurrencias frecuentes debería investigarse por anemia, deficiencias nutricionales (fierro, folato, Vitamina B12, por ej.), diabetes mellitus, inmunosupresión y enfermedad intestinal inflamatoria.

El tratamiento en primer lugar está dirigido a aliviar el dolor y a acelerar el proceso de cicatrización. A pesar de que la etiología no está claramente comprendida algunos regímenes se enfocan en, ya sea, prevenir o al menos reducir la tasa de recurrencia de los episodios. Una variedad de terapias tópicas (locales) y sistémicas han sido utilizadas, pero no hay estudios que demuestren evidencia de efectividad ya sea como agentes preventivos o aliviadores del dolor. Empíricamente tratamientos efectivos incluyen corticosteroides tópicos o sistémicos, inmunosupresores y barreras locales.
Ulceras recurrentes severas persistentes pueden ser tratadas con otros medicamentos no carentes de efectos adversos importantes. Ninguna terapia ha llevado a una remisión permanente. Dado que varias enfermedades sistémicas están asociadas con la formación de úlceras se debe enfatizar la necesidad de descartarlas.

Conclusión: Así, no obstante esta lesión representa un desorden común de la mucosa oral su etiología está pobremente comprendida y la eficacia de las terapias permanece indefinida. En la actualidad no se sabe de revisiones sistemáticas sobre efectividad y seguridad de las intervenciones.

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Resumido, adaptado y traducido de The Cochrane Library 2006; Volume (1), por Dr. César Quijada.

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